Pensando juntas, qué hacemos y cómo creamos buenas prácticas de protección social
- Norma Montesino & Daniela Vega Leal
- 5 de Julio de 2025
Durante un mes hemos compartido conocimientos y experiencias desde nuestras respectivas inquietudes, posiciones y perspectivas. Un intercambio enriquecedor de profesionales de los servicios de bienestar del Ayuntamiento de Granada, de la organización Red Acoge de Galicia, una trabajadora social y estudiante de maestría de la Universidad de Lund, investigadoras de la Universidad de Florencia y la Universidad de Lund. Reflexionamos juntas sobre estas temáticas porque solo juntas podemos acercarnos a una mediana comprensión de los procesos en que estamos inmersas. Iniciamos nuestras actividades desde un tema que conmueve y ocupa nuestras percepciones de la realidad, empezamos pensando que sabemos y como nos preparamos para responder a las catástrofes contemporáneas. En nuestra reflexión surgieron diferentes temáticas que fuimos relacionando con la posibilidad de crear lo que en este proyecto llamamos Buenas Prácticas de trabajo social.
El trabajo social enfrenta dificultades sobre las que poco hablamos cuando hablamos de buenas prácticas, dificultades relacionadas con el desarme de sistemas institucionalizados de bienestar, una catástrofe en curso porque afecta directamente a las personas que necesitan respuestas urgentes para sobrevivir. Costanza Gasparo, socióloga e investigadora de la universidad de Florencia la expresión local de las catástrofes globales que están ocurriendo donde la respuesta colectiva demuestra la importancia de las respuestas colectivas a las violencias contemporáneas. La necesidad de visibilizar diferentes fenómenos, pero no como fenómenos aislados sino interrelacionados por diferentes procesos que es necesario abordar de forma colectiva para entender lo que está ocurriendo y como esos procesos afectan todos los ámbitos de la vida humana.
Elena Atienza, educadora social del Ayuntamiento de Granada, reflexiona sobre las eventuales diferencias y similitudes desde su experiencia laboral y su capacidad de observación durante su estancia en Suecia. Ella parte de las necesidades y también de los recursos que tienen los adultos mayores tomando en cuenta los conocimientos de quienes los acompañan. Un tema recurrente en nuestras conversaciones fue el fenómeno de la soledad que terminó siendo el hilo conductor en los textos que presentamos. La soledad es una problemática que asume diferentes expresiones y que también afecta a los profesionales del trabajo social. Hablamos del cuidado desde la perspectiva de quienes dirigen las organizaciones. Una propuesta de cuidado de los profesionales es elaborada aquí por Mercedes Ardoy Carrillo y Juana María Salido Guerrero, colegas del Ayuntamiento de Granada.
La soledad de las personas que trabajan en el área social es un tema que no hemos discutido en el contexto de nuestro proyecto Respuesta Global. La soledad de quienes, en un contexto de ausencia de responsabilidades colectivas, individualización y privatización de servicios, siguen luchando por crear buenas prácticas de protección social. Maria Jesús Ocaña, educadora social del Ayuntamiento de Granada y Norma Montesino, investigadora de la universidad de Lund, contextualizan el fenómeno de la soledad y el sufrimiento que conlleva el trabajo de los profesionales comprometidos con la protección social de las personas que viven en la precariedad.
Finalmente, la socióloga Belén Arranz da un testimonio lleno de optimismo y vitalidad inspirada en una actividad presentada por jóvenes adolescentes que viven en Lund, de los enormes recursos que tienen estos adolescentes que durante su infancia tuvieron que huir de Siria, Irak o Afganistán y que hoy están terminando sus estudios secundarios en la ciudad de Lund. Adolescentes que mostraron lo que han aprendido en un curso de liderazgo, formación grupal creada desde la iniciativa de Ulrika Anzén, trabajadora social del Ayuntamiento de la ciudad de Lund, que desde hace más de 20 años apoya a familias refugiadas y adolescentes que han recibido protección en Suecia y que viven en esta ciudad.
Quando la catastrofe diventa mobilitazione: il caso di Via Mariti a Firenze
- Contanza Gasparo
Il 16 febbraio 2024, a Firenze, il crollo di una trave portante nel cantiere per la costruzione di un supermercato Esselunga in via Mariti provocò la morte di cinque operai. Luigi Coclite, Mohamed El Ferhane, Taufik Haidar, Mohamed Toukabri e Bouzekri Rahimi persero la vita sotto le macerie di un cantiere che ha lasciato un segno profondo nella memoria della città.
Quella tragedia ha aperto una ferita collettiva, ma anche uno spazio di riflessione su due questioni cruciali: la sicurezza sul lavoro e il ruolo degli spazi urbani.
Sul piano della sicurezza, l’incidente ha evidenziato le condizioni spesso precarie e opache del lavoro nei cantieri edili. Si tratta di un settore in cui è frequente il ricorso a subappalti a catena, con una distribuzione della responsabilità che risulta sfuggente e una sistematica erosione delle tutele. A farne le spese sono soprattutto i lavoratori migranti, troppo spesso impiegati in condizioni di sfruttamento, senza garanzie contrattuali, senza protezione legale, senza voce. Sono loro — invisibili nella narrazione pubblica ma essenziali nei processi produttivi — a sostenere con il proprio corpo la fragilità strutturale di un modello economico fondato sul profitto rapido e sul contenimento dei costi.
Eppure via Mariti non è rimasta solo il luogo di una tragedia. È diventata anche il centro di una reazione dal basso, un punto di partenza per una mobilitazione civica che ha attraversato il quartiere di Novoli e non solo. Cittadini e cittadine, collettivi sociali, realtà politiche e culturali hanno dato vita a cortei, assemblee pubbliche e raccolte firme. Lo slogan “Facciamoci un parco” ha sintetizzato una richiesta forte e simbolica: che quel terreno segnato dal lutto non venga restituito alla speculazione edilizia, ma trasformato in uno spazio pubblico di memoria e di comunità, un parco intitolato ai cinque operai caduti.
Non si è trattato di una catastrofe nel senso classico del termine: non ha provocato il collasso della città né causato la morte di centinaia di persone. Tuttavia, se seguiamo la definizione proposta da Poe et al. (2015), secondo cui una catastrofe è “un evento improvviso e distruttivo che provoca sofferenze diffuse e determina una rottura o un capovolgimento dell’ordine preesistente”, allora possiamo affermare che ciò che è accaduto in via Mariti ha tutte le caratteristiche di una catastrofe collettiva. Non solo per l’impatto tragico sulle famiglie delle vittime, ma perché ha messo a nudo una serie di ingiustizie strutturali: la fragilità della sicurezza nei luoghi di lavoro, la marginalizzazione dei lavoratori migranti, la voracità dei modelli di sviluppo urbano.
E proprio da questa catastrofe è nata una mobilitazione collettiva, fatta di dolore, di rabbia, ma anche di consapevolezza e desiderio di trasformazione. Una risposta che unisce le ferite del lutto alla volontà di cambiare, di non dimenticare, di riconvertire lo spazio della morte in uno spazio di vita e memoria condivisa. Una catastrofe, dunque, che ha generato non solo sofferenza, ma anche una forma di coscienza civile, trasformando un evento drammatico in occasione di resistenza e rinnovamento
Riferimenti
Poe, A., Wolfson, B., Dole, C., Hayashi, R., & Sarat, A. D. (Eds.). (2015). The Time of Catastrophe: Multidisciplinary approaches to the age of catastrophe. Ashgate Publishing, Ltd.
When catastrophe becomes mobilization: the case of Via Mariti in Florence
On February 16, 2024, in Florence, the collapse of a load-bearing beam at the construction site of an Esselunga supermarket on Via Mariti caused the death of five workers. Luigi Coclite, Mohamed El Ferhane, Taufik Haidar, Mohamed Toukabri, and Bouzekri Rahimi lost their lives under the rubble of a construction site that left a deep mark on the city’s memory.
This tragedy opened a collective wound but also created a space for reflection on two crucial issues: workplace safety and the role of urban spaces.
In terms of safety, the incident highlighted the often precarious and opaque conditions of work on construction sites. This is a sector where subcontracting chains are common, with responsibilities fragmented and often lost, and where protections are systematically eroded. Those who pay the highest price are mainly migrant workers, too often employed under exploitative conditions, without contractual guarantees, legal protection, or a voice. They— invisible in public narratives but essential in production processes—bear with their own bodies the structural fragility of an economic model based on rapid profit and cost-cutting.
Yet, Via Mariti has not remained only the site of a tragedy. It has also become the center of a grassroots reaction, a starting point for civic mobilization that spread through the Novoli neighborhood and beyond. Citizens, social collectives, political and cultural groups organized marches, public assemblies, and petitions. The slogan “Let’s make ourselves a park” summed up a strong and symbolic demand: that the land marked by grief should not be handed back to real estate speculation, but transformed into a public space of memory and community, a park dedicated to the five fallen workers.
This was not a catastrophe in the classical sense: it did not cause the city to collapse nor result in the deaths of hundreds of people. However, if we follow the definition proposed by Poe et al. (2015), according to which a catastrophe is “a sudden and destructive event causing widespread suffering and resulting in a rupture or overturning of the preexisting order,” then we can affirm that what happened on Via Mariti has all the characteristics of a collective catastrophe. Not only because of the tragic impact on the victims’ families but because it exposed a series of structural injustices: the fragility of safety in workplaces, the marginalization of migrant workers and the voracity of urban development models.
And it is precisely from this catastrophe that a collective mobilization was born, made of pain, anger, but also awareness and desire for change. A response that unites the wounds of grief with the will to change, to remember, and to transform the space of death into a space of life and shared memory. A catastrophe, therefore, that generated not only suffering but also a form of civic consciousness, turning a dramatic event into an occasion for resistance and renewal.
References
Poe, A., Wolfson, B., Dole, C., Hayashi, R., & Sarat, A. D. (Eds.). (2015). The Time of Catastrophe: Multidisciplinary approaches to the age of catastrophe. Ashgate Publishing, Ltd.
Adultos mayores en Granada y en Lund, similitudes, diferencias
- Elena Atienza
En este texto me gustaría compartir mis reflexiones sobre la situación de las personas mayores en Lund y en Granada. Un mes es corto tiempo para entender y generalizar sobre quiénes son y como respondemos a sus necesidades, aquí me refiero a ciertas reflexiones que surgieron de pensar el contexto donde trabajo, mi ciudad y el lugar que los adultos mayores tienen allí y en esta ciudad que no conozco, donde se habla un idioma que no entiendo, carencia que me permitió observar presencias y/o ausencias de los adultos mayores en el paisaje urbano. Sé que este tema no entra dentro del tema central de este proyecto, pero aun así sostengo que está conectado porque los migrantes tanto en Granada como en Lund también son adultos mayores y tanto allá como acá son personas invisibles en las actividades para adultas mayores que organizan los respectivos municipios, conversando este tema pensaba en la doble ausencia de esas personas, ausencia del contexto donde crecieron, donde están sus primeros recuerdos, sus seres queridos, los paisajes que contribuyeron a su visión del mundo. Pienso que en las actividades que creamos deberíamos preocuparnos por esta ausencia, buscando formas de hacerles partícipes de las actividades que realizamos para que se sientan parte de la población.
Durante mi estancia en Suecia tuve la oportunidad de hablar con Monika Larsson, una investigadora de la Universidad de Lund que estudia la participación de las personas mayores en las actividades de ocio. Yo como educadora que gestiona dos centros de participación de adultos mayores en un barrio de Granada me pareció interesante conocer un poco los contenidos de estas actividades en Suecia. Y tengo que decir que fue toda una sorpresa. A priori, me pareció que aquí en esta ciudad sueca las personas al hacerse mayores desaparecen de la sociedad, porque la verdad es que no los vi paseando, ocupando un lugar en los espacios públicos de la ciudad de Lund.
Me encuentro ahora en este país, Suecia, en el que la participación de las personas mayores en las actividades es mínima, hablamos de que, en una ciudad, puede haber alrededor de 100 participantes cuando en un solo barrio de Granada este año han participado alrededor de 2000 personas. Al comparar los primeros datos me sorprendo y al mismo tiempo pienso que en todos estos días caminando por las calles de Malmö y Lund, apenas veo personas mayores mientras que en el sur de España, se hacen presentes en las calles, los conciertos, las actividades culturales… incluso diría que los adultos mayores en Granada exigen participación y son sujetos visibles en la vida de la ciudad.
Comparamos con Monica Larsson, siempre a grandes rasgos, los recursos que el Estado ofrece a las personas mayores, como centros de educación de adultos, la universidad para mayores… y por ejemplo, en Lund, una ciudad universitaria, al parecer no existe un programa universitario para adultos mayores. Y surgen preguntas, ¿cuál es el estatus de los adultos mayores en Suecia? ¿Y si la diferencia está en la perspectiva desde la que se mira? Los mayores entendidos como alguien a quien hay que cuidar o como alguien que se merece disfrutar al máximo de la vida, y recibir su recompensa de bienestar por todo lo que han trabajado, alguien de quien aprender… Suecia es o hasta hace poco tiempo fue un país con un sistema de bienestar ejemplar, pero tal vez esta figura sea más de protección y cuidado y falte la participación de los adultos mayores, sus propias iniciativas en la organización de sus actividades sociales.
En nuestra conversación, nos centramos entonces en cómo funcionan los centros de participación de adultos mayores, en ambos lugares, nos llama la atención la diferencia que supone que estos centros en Andalucía tienen un equipo de gestión compuesto por los propios adultos mayores a través de voluntarios, lo que supone que una parte de la programación es diseñada por ellos y para ellos y no viene dada por los responsables de las instituciones de bienestar. De hecho, normalmente cuando yo, en representación de la Institución, propongo una actividad pensando que a ellos les vendría bien, no suelen participar, pero al momento en el que ellos entran a ser partícipes de la gestión de la actividad y la hacen a su manera, entonces el éxito está asegurado.
Viendo esta aparente inactividad de las personas mayores en Suecia, constato también la labor tan grande que las personas mayores en España están cumpliendo como cuidadores de sus nietos y nietas, ya que el estado de bienestar no cubre sus necesidades, en el caso de Suecia, esta labor es menos necesaria, porque existe un cuidado institucionalizado de la infancia, en jardines infantiles. Cuando este tipo de cuidado institucionalizado falla o no existen, entonces las abuelas y abuelos pasan a cumplir esta importante función, un tema que deberíamos contemplar en el estudio sobre la participación y contribución social de los adultos mayores.
He buscado los datos de esperanza de vida de ambos países y no hay diferencias significativas, pero sí creo que hay una diferencia en la calidad de vida. Una vez en un documental sobre el secreto de la esperanza de vida, entrevistaban a varias personas de un pueblo de Japón con un alto índice de esperanza de vida, estas personas apuntaban que el secreto estaba en no parar, en seguir manteniendo el cuerpo y la mente activos, así que hay va mi propuesta… seguir viviendo la vida. Sigue siendo una pregunta abierta: ¿cuál es la situación de los adultos mayores que llegaron a estos lugares siendo adultos y que hoy envejecen?, ¿viven en soledad? ¿Son parte de comunidades que han ido creando ellos mismos en las ciudades que hoy habitan?
Envejecer en Lund y Granada, sabemos que muchos adultos mayores de Suecia vienen a vivir al sur de España, también sabemos que entre ellos contamos con latinoamericanos de Suecia, Noruega y Dinamarca, no sólo buscan el sol, también huyen del aislamiento social y de la soledad.
El modelo de cuidados y su aplicación en los profesionales de servicios sociales
- Mercedes Ardoy Carrillo & Juana María Salido Guerrero (Ayuntamiento de Granada)
Sostenemos en esta reflexión la necesidad de implantar en el contexto actual un modelo de cuidados dirigido a los profesionales de servicios sociales. Seguidamente delimitamos la discusión: ¿cuál sería el rol de una Dirección de un Centro de Servicios sociales en relación con el modelo de cuidados?, ¿qué premisas entendemos que deben estar presentes en la organización?; para configurar este modelo de cuidados adaptado al contexto político-social actual.
Porque se hace prioritario un modelo de cuidados
En un Centro de Servicios Sociales, la misión principal de los profesionales es proporcionar atención y apoyo a las personas más vulnerables de la comunidad. Sin embargo, al mismo tiempo, existe una verdad fundamental que a menudo se pasa por alto: los profesionales que brindan este apoyo necesitan ser cuidados, escuchados y acompañados en su labor cotidiana. La crisis económica y el cuestionamiento del sistema pueden generar/generan un contexto de desconfianza social que pone en peligro los principios fundamentales del trabajo social. A la vez los profesionales de lo social, frente a las adversidades que se derivan de un contexto de crisis económica y social, pueden experimentar desánimo y falta de esperanza debido a la falta de recursos, el cuestionamiento del sistema y la fatiga profesional.
Responder al neoliberalismo y al populismo de derechas que avanza, desde el trabajo social implica un enfoque ético, crítico y transformador, que defienda los principios fundamentales de justicia social, derechos humanos e igualdad. Estos dos fenómenos políticos y económicos han generado políticas que a menudo minimizan el rol del Estado en la protección social y criminalizan o descalifican a las personas más vulnerables, como son los migrantes, las minorías y los pobres. Por otra parte, la contradicción que puede darse entre la teoría y la práctica en la intervención social es una de las tensiones más profundas que los profesionales pueden experimentar y generar sentimientos de desánimo y desesperanza. La teoría, con su visión idealista de la justicia, la equidad y la transformación social, choca frecuentemente con la realidad de los recursos limitados, las políticas públicas restrictivas, la resistencia del sistema y la dificultad de las intervenciones en contextos de alta vulnerabilidad. Este contraste puede hacer que el profesional de la intervención social se sienta impotente, frustrado y cuestionado en el desarrollo de sus competencias.
Premisas para la instauración de un modelo de cuidados en servicios sociales comunitarios
El director o la directora del Centro de Servicios Sociales no solo debe asumir la responsabilidad de coordinar, gestionar y dirigir las prestaciones y recursos, sino que también se convierte en el primer referente del cuidado hacia los profesionales que, día a día son el recurso más valioso en la relación de ayuda hacía la ciudadanía. Por tanto, entendemos que la persona que tiene la responsabilidad de un centro de servicios sociales tiene una función que va más allá de la gestión administrativa o la toma de decisiones estratégicas. Su papel está intrínsecamente ligado al bienestar del equipo profesional. Como coordinadora, debe garantizar que trabajadores y trabajadoras cuenten con las herramientas, los recursos y el apoyo necesarios para desempeñar su trabajo de forma eficiente, segura y saludable. Además, debe ser consciente de las cargas emocionales y físicas que implica la intervención social y ofrecer un entorno que fomente el bienestar integral y seguro, lo que implica fomentar una cultura de comunicación abierta y un entorno de confianza.
Así mismo esta persona debe proporcionar no solo supervisión técnica, sino también emocional. La labor social es altamente demandante y creciente, y muchas veces, los profesionales se enfrentan a situaciones difíciles que pueden afectar su salud mental y emocional, siendo necesario proporcionar espacios donde el equipo pueda recibir supervisión regular, ya sea a nivel grupal o individual además de tener cuidado de equilibrar la autonomía profesional con la supervisión.
Partimos también de una premisa fundamental: los CSSC lo conforman equipos de trabajo. Equipo del cual el director es un miembro más con funciones diferenciadas. Es evidente que el hablar de las tareas de supervisión y coordinación que ha de desarrollar un director en este contexto, queda falto de contenido si no se hace referencia al grupo de profesionales del que forma parte y al que denominamos "equipo". Así mismo, en las organizaciones de Servicios Sociales se hace imprescindible tener un conjunto de elementos (valores, conceptos, modelos, técnicas e instrumentos) para el abordaje profesional de la realidad que lleguen a ser comunes a todos los miembros del equipo, que se deben consensuar y crear conjuntamente.
Dada estos dos encuadres: el papel estratégico de las Direcciones para el funcionamiento y cuidado de los profesionales, y la conformación del equipo de trabajo en la intervención social, se hace además necesario apostar por una cultura organizacional en torno a la intervención social que considere trabajar por:
– recuperar espacios colectivos de trabajo y supervisión, superando la idea de trabajo individual por lo colectivo; Espacios de construcción colectiva, de coordinación, de creación de protocolos consensuados y gestión del conocimiento.
Valoramos que estos espacios de gestión del conocimiento son realmente interesantes para la cohesión de un equipo, no solo porque se reflexione de forma colectiva sobre lo que se hace, sino también porque genera un espacio de horizontalidad en la responsabilidad de los mismos, de seguridad en las decisiones y de refuerzo. Facilitan la homogeneidad en los criterios de decisión. Favorecen el salir de la tensión de la burocracia y de la intervención directa, generando espacios alternativos que facilitan el apoyo mutuo y de cuidados.
– trabajar el sentido de pertenencia a la organización, como espacio en el que me encuentro identificado con la visión y misión de nuestro trabajo. Donde me sienta participe, apoyado institucionalmente, escuchado y respetado. El trabajo en equipo, el trabajar desde la perspectiva del bien común.
Así, el trabajo de la identidad entre los profesionales y la organización no solo contribuye a un entorno de trabajo saludable y motivador, sino que también crea una comunidad cohesionada que comparte un propósito común, lo que beneficia tanto a los trabajadores como a las personas que reciben los servicios.
– potenciar un modelo de cuidados, tanto hacia el trabajo en equipo como en la atención a la ciudadanía. Es decir, potenciar un modelo de cuidados hacía los profesionales y hacía el quehacer profesional y la atención a la ciudadanía.
Para implementar un modelo de cuidados hacia los profesionales, es fundamental crear un entorno de apoyo emocional y técnico, ofrecer capacitación continua, promover el trabajo en equipo, el reconocimiento de logros y la flexibilidad laboral son clave para mantener la motivación y prevenir el agotamiento. Un liderazgo empático y accesible también es esencial ya que contribuye a un ambiente de confianza y colaboración. Se trata, en definitiva, de generar espacios de cuidados comunes, tanto liderados por las direcciones y políticas generales de la organización, como de carácter horizontal entre compañeros, donde los profesionales puedan sentirse respaldados, escuchados, donde puedan compartir miedos, situaciones agobiantes y también contrastar formas de proceder, de toma de decisiones y de análisis. En la medida en que los profesionales de la intervención social se sientan parte de un colectivo y una organización que los respalda, donde puedan compartir criterios, tomar decisiones, exponer sus visiones. El desgaste profesional irá mitigando. Y pon consiguiente repercutirá en su forma de afrontar la relación de ayuda con los usuarios/as, huyendo de automatismos que facilita un supuesto estado de confort que tanto se aleja de estas profesiones.
El modelo de cuidados en tiempos de crisis: una responsabilidad compartida
En el contexto actual de profunda crisis económica y social, agravada por políticas públicas cada vez más restrictivas en materia social y migratoria, los servicios sociales de base enfrentan un doble desafío: atender una demanda creciente y compleja, y sostener su legitimidad como pilar del Estado del bienestar. Desde un centro de servicios sociales comunitario de gestión municipal con un equipo interdisciplinar, proponemos un modelo de intervención adaptado al momento actual, arraigado en el territorio y comprometido con los derechos de la ciudadanía. La realidad con la que trabajamos ha cambiado. Las situaciones de exclusión social son más agudas, más diversas, y en muchos casos invisibilizadas: Personas sin hogar, familias que ya no pueden pagar el alquiler, infancia en contextos de falta de cobertura de necesidades básicas, mayores sin redes de apoyo, y personas migrantes enfrentando barreras administrativas y racismo institucional pueden ser algunos ejemplos. La demanda no solo crece en número, sino también en complejidad.
En este contexto, el primer paso que proponemos sería construir un diagnóstico común, tanto a partir de los datos cuantitativos como del conocimiento cualitativo del territorio. Escuchar al vecindario, a las entidades sociales, a los propios equipos. Esta lectura compartida nos permite no solo dimensionar el impacto de la crisis, sino también identificar nuevas formas de exclusión que los modelos clásicos de intervención no alcanzan. Ante el colapso parcial de muchos recursos públicos, se hace imprescindible priorizar. No desde una lógica de escasez, sino desde una ética de cuidado colectivo. Hemos definido criterios para atender con mayor intensidad a quienes enfrentan situaciones de mayor urgencia social, desprotección institucional y ausencia de redes. No se trata de reducir derechos, sino de garantizar que llegamos antes allí donde más se nos necesita.
Al mismo tiempo, se ha de mantener una perspectiva preventiva y comunitaria. Sabemos que intervenir solo desde la emergencia perpetúa el agotamiento del sistema y el sufrimiento de las personas. Por ello, combinamos la atención individualizada con acciones grupales y comunitarias que permitan tejer redes, empoderar a las personas y reducir la dependencia institucional.
En resumen, nuestra intervención se debe organizar en tres planos complementarios. En primer lugar, una atención de emergencia reforzada, con circuitos más ágiles y mayor coordinación con entidades para cubrir necesidades básicas. En segundo lugar, un acompañamiento psicosocial más continuado, que prioriza el vínculo y la relación de confianza con los profesionales y que introduce espacios grupales de apoyo mutuo. En tercer lugar, una apuesta clara por el trabajo comunitario, recuperando los espacios vecinales como ámbitos de cuidado colectivo y acción transformadora, con la convicción de que las personas beneficiarias son sujetos activos con capacidad de decisión.
Otro aspecto para tener en cuenta es hacer visible nuestro trabajo. En un tiempo donde los servicios sociales son cuestionados —desde el discurso político, desde ciertos medios, incluso desde la frustración de algunos sectores ciudadanos— es fundamental explicar, visibilizar y humanizar nuestro trabajo. Algunas estrategias serían por ej. Documentar historias de vida, impactos concretos y buenas prácticas. (1).
También podemos reforzado alianzas con otras áreas municipales, con entidades del tercer sector y con plataformas ciudadanas. La defensa del sistema público no es solo tarea del equipo profesional: es una responsabilidad compartida con toda la comunidad. Por último, pero no menos importante, hemos de dedicar esfuerzos específicos al cuidado del equipo profesional como hemos señalado anteriormente, mediante la supervisión externa, espacios colectivos de análisis y apoyo, formación para afrontar la frustración y el desgaste…
Conclusiones
La implementación de un modelo de cuidado dirigido a las y los profesionales de los servicios sociales comunitarios ha demostrado ser una estrategia clave no solo para preservar la salud mental y emocional de los equipos, sino también para garantizar una intervención social más ética, sostenible y eficaz. En contextos de crisis prolongada, con aumento de la presión institucional, casos más complejos y recursos limitados, el desgaste profesional tiende a intensificarse. Las consecuencias no solo se traducen en estrés, frustración o síndrome de burnout, sino también en una merma en la calidad de la atención y en el debilitamiento del sentido de misión pública. Frente a ello, cuidar a quienes cuidan se convierte en un eje estructural del funcionamiento de los servicios sociales, y no en una medida complementaria o accesoria.
El cuidado del equipo no puede entenderse como una acción puntual, sino como parte integral del modelo de intervención. Se trata de un cambio cultural e institucional que reconoce a las y los profesionales como agentes esenciales del sistema de bienestar, cuyas condiciones de trabajo inciden directamente en la protección de derechos de la ciudadanía. Invertir en el bienestar de los equipos es, en última instancia, una forma de fortalecer los servicios públicos y su capacidad de respuesta social.
Referencias
(1)Ejemplo de buenas prácticas de tipo comunitario. Accem Granada conecta a migrantes con vecinos de la Chana: “los jóvenes aportan a los mayores y viceversa” https://www.lasexta.com/programas/el-intermedio/accem-granada-conecta-migrantes-vecinos-chana-jovenes-aportan-mayores-viceversa_20250603683f604c812a8f1e6a0f0611.html#
La soledad de los profesionales
- María Jesús Ocaña & Norma Montesino
Hablamos de buenas prácticas en el trabajo social, olvidando muchas veces el contexto que condiciona nuestro trabajo. Tiempo, espacio y empatía decía una trabajadora social del ayuntamiento de Granada al responder a la pregunta de cómo definimos buenas prácticas. Tener tiempo es una precondición para hacer trabajo social, tener un espacio donde recibir a quien busca la atención es otra y por fin la empatía es otra precondición que permite entender, respetar y saber responder a las necesidades de las personas. Entonces antes de identificar buenas prácticas hablemos de esas precondiciones en el contexto actual cuando son criterios economicistas como el de la efectividad laboral los que gobiernan el quehacer de las instituciones de bienestar. Instituciones que reducen la cantidad de tiempo de trabajo para atender a las personas, políticas de ahorro que reducen los espacios físicos y que contratan empresas con avanzados sistemas de vigilancia (control de entrada, cámaras de vigilancia, detectores de metales, etc.) que transforman los espacios públicos de bienestar social en lugares a los que el acceso está controlado, donde se transmite un mensaje de sospecha a quienes se encuentran en situaciones de precariedad y donde los contenidos sociales de la atención son reemplazados por complejos sistemas administrativos que ocupan el tiempo de las/los trabajadores del área social. Desde esas condiciones ¿Cuál es la posibilidad o el espacio para los sentimientos de empatía? Delimitamos nuestra reflexión a la cotidianeidad de quienes trabajan en los servicios de bienestar, personas que atienden diariamente a quienes sufren diferentes situaciones de precariedad social.
Problemáticas generales o violencias
Discutir las condiciones laborales de las y los profesionales del área social nos permite identificar la vulnerabilidad en el mundo laboral. Vulnerabilidad producto de las condiciones de trabajo, las carencias institucionales dada la erosión de los contenidos sociales de las intervenciones donde los recursos son limitados y las tareas, al mismo tiempo que reducen la comprensión de las problemáticas sociales, se multiplican en una infinidad de detalles donde es prácticamente imposible identificar el sentido de estas. En nuestro diálogo identificamos diferentes procesos, entre ellos la imposición gradual de un nuevo lenguaje que reemplaza el mundo de lo social con un vocabulario que individualiza y criminaliza las problemáticas sociales. Los contenidos del trabajo social incluían el trabajo comunitario, grupal e individual, esa distinción y las terminologías incluidas han desaparecido. Se impone un nuevo vocabulario que elimina los contenidos sociales del lenguaje. Gestionar es una palabra representativa de este giro en los contenidos del trabajo social. Gestionar dice el Diccionario de la Real Academia Española, en una organización, significa administrar, dirigir. Cuando gestionar refiere a un asunto, entonces significa tramitar, diligenciar, ejecutar, negociar, resolver.
Gestionar que en la práctica se intenta organizar y legitimar desde diferentes niveles de intervención. Quienes se enfrentan a esta labor en su trabajo cotidiano saben que es difícil separar los contenidos de las intervenciones porque en el primer nivel de intervención se recibe a una persona o familia, un “caso” como si fuera el caso de un profesional que tiene que tomar una decisión, en un periodo de tiempo limitado en situaciones sumamente delicadas y lo tiene que hacer solo, desde una visión parcial. El segundo nivel conlleva una responsabilidad muy grande porque en muchos casos las trabajadoras deben decidir el curso de la vida de las personas, de una familia, de un niño, de un anciano. Decisiones sobre las vidas de la gente y lo tienen que hacer solas o solos, sin tener quien les apoye o que cuestione sus decisiones que están basada en interpretaciones parciales, que deben hacer en espacios de tiempo reducidos. Aparte de lo que deben hacer en espacios digitales, donde tienen que responder a diferentes necesidades y situaciones de urgencia. En este nivel se deben atender situaciones urgentes, personas que han perdido su vivienda o situaciones de violencia familiar, donde se debe seguir protocolos establecidos. En este nivel trabajan los equipos comunitarios de infancia y la intervención con personas adultas en situaciones de extrema complejidad y vulnerabilidad. Si bien estas intervenciones deben hacerse desde la interdisciplinariedad, esto no siempre es así, bien por falta de personal o bien por una carga de trabajo que conlleva que las y los profesionales deban “dividirse” para atender a las diferentes casuísticas que afectan a las familias, lo que conlleva la pérdida de puntos de vista tan valiosos como necesarios para la elaboración del diagnóstico social y de un juicio clínico que implica una toma de decisiones. Esta toma de decisión conlleva en muchos casos el cambio del curso de la vida de las personas y las familias, como cuando se propone la adopción de una medida de protección sobre una persona menor o un ingreso involuntario en un centro residencial para una persona adulta. El peso de dicha toma de decisión recae en muchas ocasiones sobre un o una profesional en solitario, apremiada por la urgencia de una situación, lo que genera la duda acerca de si esa propuesta emitida con carácter técnico es la mejor posible.
Que no haya un contexto que permita la reflexión, la consulta, el asesoramiento e incluso el arrope, generan una losa en las espaldas de quien debe firmar un informe que implica a personas extremadamente vulnerables, porque en nuestra profesión siempre son personas, más allá de las categorías de clientes o usuarios. Son personas con rostros, del mismo modo que lo son las y los profesionales en quienes recae la responsabilidad de la toma de decisiones, ambos lados de la ecuación con sus propias mochilas, sus miedos y sus inseguridades.
Si en el centro de las políticas sobre las que se sustenta el Trabajo Social estuviesen las personas, tanto hacia las que se dirigen como hacia quienes las gestionan, se entendería la acuciante necesidad de que la toma de decisiones, así como la intervención social en su conjunto, es necesario que se haga tanto desde una perspectiva inter- y multidisciplinar, en aquellos casos en los que se requiera, como con el respaldo de unas instituciones que doten a sus profesionales de los medios y recursos que les permitan hacer su trabajo en contexto donde no haya que ponderar la miseria, donde la burocracia no se imponga ante el trato humano y personal; donde se generen espacios de escucha y ayuda para que se puedan consensuar los planes de intervención.
Hace tiempo que vemos como se ha dejado en las y los profesionales la responsabilidad de las familias con las que trabajan, delegando en las espaldas de técnicas y técnicos el devenir de las situaciones a las que se enfrentan, con recursos escasos e insuficientes, que implican llevar a cabo ejercicios de creatividad, en ocasiones hasta la extenuación, sin que ello implique una solución, ni siquiera parcial, de las problemáticas a las que deben dar respuesta, como si de una mera transacción comercial se tratase.
La soledad de quienes enfrentan las consecuencias de las problemáticas sociales que producen las políticas neoliberales contemporáneas, la soledad de quienes reciben a las personas que viven la brutalidad de un sistema despiadado que ha olvidado a las personas en su afán por la rentabilidad y el lucro de unos pocos, hace que las y los profesionales sean un David frente a Goliat, sin más respaldo que unos principios arraigados en la ética y en la justicia social, peleando con la constante de una burocracia que nos empuja hacia la tecnocracia, lo que conlleva un desgaste añadido al que ya se sufre por el enfrentamiento cotidiano a muchas de las caras del sufrimiento humano.
Es inevitable que desde el inicio del ejercicio de la profesión nos cuestionemos en innumerables ocasiones si hacemos lo correcto, si seremos capaces de seguir realizando nuestra labor sin que conlleve un coste personal que dudamos podamos asumir ni tan siquiera en el corto plazo. La soledad en la nos sentimos por asumir como propio el sufrimiento ajeno, sintiendo esa incertidumbre que hay tras la delgada línea entre la empatía y la falta de objetividad. Mi capacidad para ponerme en el lugar de quien tengo enfrente ¿me está haciendo perder la perspectiva en lo que la toma de decisiones a la que mi labor profesional me obliga?
Cuestiones como ésta tienen tantas respuestas como trabajadoras o educadoras sociales, porque todas dudamos innumerables veces a lo largo de nuestra vida profesional, con el denominador común de sentirnos solas en una profesión tan necesaria como incomprendida y poco reconocida.
Alegría y posibilidades futuras en jóvenes líderes de la ciudad de Lund
- Belén Arranz
En el mundo globalizado, donde internet ocupa un lugar muy central en las relaciones humanas, y, especialmente entre jóvenes y adolescentes, el liderazgo y el aprendizaje entre iguales son, para toda la juventud en general, y para aquellos con experiencias de movilidad internacional en especial, unas valiosas herramientas que resultan fundamentales en su desarrollo integral y en sus posibilidades de inclusión en la nueva sociedad en la que les ha tocado vivir. Estos y estas jóvenes enfrentan desafíos como el dolor de la ruptura con su entorno inmediato, la adaptación forzada a un mundo que no siempre les otorga una buena acogida, etc. Una estrategia de liderazgo entre iguales puede ser vital para favorecer su desarrollo personal en primer lugar, y ayudar (o mejorar) en su proceso de inclusión en la nueva sociedad.
Para la juventud migrante, esta dinámica de aprendizaje entre iguales, en el que todos y todas aprenden y enseñan de manera horizontal, compartiendo conocimientos, experiencias y habilidades representa una forma efectiva de superar obstáculos educativos, reforzar sus capacidades y generar sentido de pertenencia. Este aprendizaje mano a mano con otras y otros jóvenes (ya sean migrantes o también locales), muestra sus enormes competencias lingüísticas, sociales y , en ocasiones, académicas, al tiempo que dan testimonio de valores como la diversidad, la empatía y la solidaridad.
El liderazgo entre iguales promueve la asunción de un rol activo por parte de estos y estas jóvenes dentro y fuera de sus propias comunidades, convirtiéndose en referentes positivos y agentes de cambio. A mayores, si hablamos de jóvenes inmigrantes, les refuerza su autoestima, la responsabilidad que sienten hacia ellos y ellas mismas y hacia el grupo, y demuestra sus habilidades de comunicación. Estos grupos se convierten en un espacio y en un lugar donde, en un clima cálido y respetuosos pueden compartir sus propias vivencias , aportar sus propias soluciones a aquellos problemas que enfrentan, (ya sean personales o como comunidad) y construir redes de apoyo mutuo, que se van fortaleciendo con el paso del tiempo. El hecho de liderar desde a propia experiencia es inspirador para sus iguales, rompe estereotipos y, como un efecto multiplicador, desafía las negativas narrativas sobre las migraciones.
Estamos pues ante un fomento del aprendizaje y el liderazgo entre iguales que promueve entornos más inclusivos y resilientes, y este tipo de proyectos comunitarios donde ellos y ellas son protagonistas, avanzan de cara a una cohesión social y la construcción de espacios donde todos y todas las jóvenes puedan crecer en igualdad de condiciones, además de hacerles protagonistas de sus propias historias y transformadores de sus propias realidades , compartiendo con el resto para que también puedan llegar a su mismo punto de reflexión y acción.
Un ejemplo de lo anteriormente expuesto se ha puesto en marcha desde los Servicios de Bienestar Social del Ayuntamiento de Lund, en el que se lleva a cabo un trabajo de este tipo con un grupo de unos 20 jóvenes migrantes (Afganistán, Irak, Palestina, Siria, Marruecos…) habitantes de la zona, que oscila entre los 16 y 20 años, estudiantes de diferentes cursos e incluso trabajadoras. Son personas que comparten la migración como parte de su bagaje personal, que han vivido guerras o situaciones complicadas y que han llegado a este país con una mochila llena de preocupaciones y miedos, pero también con la energía y los recursos que les ha permitido superar obstáculos y adaptarse a un nuevo entorna desarrollando nuevos conocimientos, aprendiendo nuevos idiomas, compartiendo la alegría de vivir. Hablan mínimo cuatro idiomas, se preparan para seguir estudios universitarios, compartieron con nosotras sus conocimientos y alegría. Los locales universitarios donde les conocimos cobraron nueva vida con su presencia.
El grupo se reúne semanalmente con la supervisión de Ulrika Anzén y la de una actriz especialista en comunicación y habilidades sociales. Durante meses han trabajado con metodologías que les ayudan a descubrirse a sí mismos y a sí mismas y poder, de esta manera, trabajar en el liderazgo para avanzar en una sociedad en la que tantos estas personas como sus iguales serán el futuro de sus comunidades, tanto las autóctonas como aquellas de las que ahora forman parte.
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'La hipocresía solidaria', de Agus Morales: cuando el periodismo se pone del lado incómodo de la historia
- Magda Trillo
- Universidad de Granada - 17 Abril 2025
En un momento en que las narrativas dominantes a menudo se escriben lejos del terreno y bajo el dictado de los titulares efímeros, voces como la del periodista y escritor Agus Morales se convierten en faros. Su último libro, La hipocresía solidaria. Por qué unas víctimas importan menos que otras, es un ejemplo de ese periodismo comprometido y de largo aliento que no solo informa, sino que también interpela, sacude y construye.

Agus Morales, director de la revista 5W, nos propone una reflexión incómoda pero necesaria, entre la crónica periodística y el ensayo, sobre cómo jerarquizamos el dolor y el sufrimiento ajeno. Ciudadanos de primera y de segunda; migrantes de primera y de segunda. Aunque rechacemos las etiquetas, son indispensables si queremos forjar una nueva mirada sobre las migraciones.
Hoy he tenido la oportunidad de compartir espacio en Las Mañanas de RNE. La también periodista Lara Hermoso se ha metido de lleno en libro con la perspicaz entrevista que le ha hecho en directo: "El asilo debe ser un derecho y se ha convertido en un privilegio". No os la perdáis.
Más que una denuncia, su libro es una llamada a la autocrítica. De todos. A través de sus páginas, desmonta los mecanismos que invisibilizan a algunas víctimas mientras amplifican otras, y lo hace desde el terreno, hablando con las personas, escuchando, observando. Su mirada no es de quien sobrevuela los conflictos, sino de quien los camina con respeto y responsabilidad.
Es por ello que creo que su trabajo conecta de forma directa con la esencia de Global-ANSWER, el proyecto financiado por la Unión Europea en el marco del programa Horizonte 2020 que, desde un enfoque comparativo entre España, Italia y Suecia, busca identificar buenas prácticas de trabajo social ante los retos de las migraciones y los desplazamientos humanos. Ambos comparten una misma vocación: la de ofrecer no solo un diagnóstico crítico del presente, sino también claves constructivas para actuar desde la justicia, la dignidad y los derechos humanos.
Recomendar La hipocresía solidaria es, por tanto, una invitación a leer con pausa, con preguntas, con sentido crítico y abierta. Porque, estoy de acuerdo con Agus Morales, hay otra manera de contar el mundo. Una que no se limita a registrar el caos, sino que trata de comprenderlo. Y, a veces, de transformarlo.
Sobre la Red Europea Global-ANSWER, el actual proyecto MSCA-RISE y el Programa Marco HORIZON-EUROPA como nueva oportunidad para el trabajo social
- Enrique Raya-Lozano
- Universidad de Granada - 16 Feb 2025
La red europea Global-ANSWER, compuesta por entidades universitarias y de prestación de servicios de trabajo social de tres países (Italia, Suecia y España) está desarrollando un importante proyecto de investigación y de práctica profesional en lo relacionado con movilidad humana. Para el conjunto de personas y entidades que la componen, la experiencia está siendo de gran interés. Por otra parte, para el equipo coordinador, de la Universidad de Granada, perteneciente al ámbito del Trabajo Social, la experiencia está teniendo notables resultados. Cuando el proyecto termine sus tareas en este 2025, las instituciones participantes, la Unión Europea y la ciudanía en general –especialmente la personas en situación de movilidad territorial- podrán extraer provecho, sin duda, de este esfuerzo por detectar “buenas prácticas” profesionales e institucionales en la atención a las personas que migran.
Ha sido, desde luego, una buena oportunidad ofrecida por Horizon-2020, el anterior programa marco de investigación de la Unión Europea (2014-2020), para toda esta red participante, y, de manera especial, ha servido para potenciar y visibilizar el campo del trabajo social (social work), tanto como disciplina académica (formativa e investigadora) como a nivel profesional. En la práctica del proyecto se ha mostrado cómo el Trabajo Social camina de manera integrada con diversas ciencias sociales y humanas aplicadas y es una profesión que continuamente tiende lazos con otras profesiones de lo social.
Ciertamente, el diseño y ejecución de este proyecto y la propia organización de esta red han tenido que enfrentar importantes retos, que tienen que ver con los agitados tiempos que estamos viviendo, especialmente desde la gran recesión económico-financiera mundial iniciada en 2008. El Proyecto Global-ANSWER (Global social work and humAN mobility: comparative studies on local government and good Social Work practices in the EuRo-mediterranean region), como el conjunto del Programa Marco de Investigación HORIZON-2020 y los distintos programas que lo integran, tienen como ecosistema social los efectos de la Gran Recesión.
- Nuestro proyecto fue aprobado en 2019, en el programa Research and Innovation Staff Exchange —RISE, perteneciente a las Marie Skłodowska-Curie Actions- MSCA.
- Entre los 7 retos sociales a los que la investigación europea trataba de responder, optamos por el Reto 6: Europa en un mundo cambiante: Sociedades inclusivas, en tres grandes temáticas: 1) Migraciones, (2) Transformaciones socioeconómicas y culturales en el contexto de la cuarta revolución industrial (3) Gobernanza para el futuro. El proyecto Global-ANSWER se enfocó, principalmente, a “Migraciones”.
Pero desde su aprobación por la CE (convocatoria de 2019), y su puesta en funcionamiento hasta el momento actual, la red Global-ANSWER ha atravesado grandes turbulencias, que han ido impactando, de una manera u otra, irremediablemente, en el desarrollo de su proyecto. Nos referimos a la pandemia del Covid-19, que provocó dos años de suspensión. Nos referimos al ascenso del llamado “populismo de extrema derecha” en los países europeos, a nivel internacional y en la mismas instituciones de la UE, que afecta directamente a los discursos y prácticas sobre los procesos migratorios. También a la guerra de invasión de Ucrania por los ejércitos de la Federación Rusa, provocando una gran oleada de personas refugiadas por toda Europa. Igualmente nos referimos al castigo desproporcionado, fuera de toda norma de Derecho Internacional –con seguridad, prácticas de genocidio—del Gobierno israelí contra la población palestina, a raíz de un infame atentado terrorista contra la población civil de Israel realizado por las milicias armadas palestinas que operan en Gaza. Finalmente, hablamos también del nuevo acceso al poder ejecutivo de Donald Trump, elegido presidente de la principal gran potencia, que instaura un populismo extremista autoritario, esta segunda vez acompañado de una tecno-oligarquía de naturaleza cuasi-feudal verdaderamente inquietante. Pero hablamos también de las amenazas (y de las positivas oportunidades) que representa la nueva tecnología emergente en los dos últimos años: la Inteligencia Artificial Generativa.
¿Cómo puede ser ajeno a todos esos acontecimientos, a todas estas irrupciones, un proyecto MSCA-RISE (HORIZON-2020) como Global-ANSWER, dado que se presenta y se autopercibe como un proyecto de investigación y de acción alineado con los principios éticos que fundamentan todo trabajo social, sea en investigación, en docencia o en práctica profesional? ¿No están en juego, en discusión, amenazados, la justicia social y los derechos humanos?
Necesitamos, pienso, de un debate de fondo, si pretendemos, de manera unitaria, o bien fraccionada pero con honestos y solidarios procedimientos de ayuda mutua, presentar nuevos proyectos identificables como “de trabajo social” al nuevo Programa Marco de Investigación de la Unión Europea, el HORIZON-EUROPA. Pero no necesitamos un debate muy dilatado en el tiempo, más bien un debate intenso concentrando en un mes de intercambios abiertos, libres, creativos, innovadores… y profundamente críticos.
Por mi parte, continuaré con esta tarea, enviando próximamente otra “entrada” para este Blog.
**Read in English**
On the European Network Global-ANSWER, the Current MSCA-RISE Project, and the HORIZON-EUROPE Framework Programme as a New Opportunity for Social Work
- Enrique Raya-Lozano
- University of Granada - 16 February 2025
The European network Global-ANSWER, composed of university institutions and social work service providers from three countries (Italy, Sweden, and Spain), is currently developing a significant research and professional practice project related to human mobility. For the individuals and organisations involved, this experience has been of great interest. Moreover, for the coordinating team at the University of Granada, working within the field of Social Work, the experience has yielded remarkable results. Once the project concludes in 2025, the participating institutions, the European Union, and society at large—particularly those in situations of territorial mobility—will undoubtedly benefit from this effort to identify “best practices” in professional and institutional responses to migration.
Certainly, the Horizon 2020 framework programme, the previous European Union research programme (2014-2020), has provided an excellent opportunity for this network. In particular, it has played a key role in strengthening and making visible the field of Social Work, both as an academic discipline (in teaching and research) and at the professional level. The project’s implementation has demonstrated how Social Work integrates with various applied social and human sciences and how it remains a profession that continuously builds bridges with other social professions.
Undoubtedly, the design and execution of this project, as well as the organisation of the network itself, have faced significant challenges, largely influenced by the turbulent times we are living in. These challenges date back to the global economic and financial recession that began in 2008. The Global-ANSWER project (Global Social Work and Human Mobility: Comparative Studies on Local Government and Good Social Work Practices in the Euro-Mediterranean Region), like the broader Horizon 2020 Framework Programme and its various components, has been deeply embedded in the social context shaped by the Great Recession.
Our project was approved in 2019 within the Research and Innovation Staff Exchange (RISE) programme, under the Marie Skłodowska-Curie Actions (MSCA). Among the seven social challenges that European research sought to address, we chose Challenge 6: Europe in a Changing World: Inclusive Societies, focusing on three major themes:
- Migrations
- Socioeconomic and cultural transformations in the context of the Fourth Industrial Revolution
- Governance for the future
The Global-ANSWER project primarily focused on the migration theme. However, since its approval by the European Commission in the 2019 call and its subsequent implementation, the Global-ANSWER network has faced major disruptions that have inevitably impacted the project’s development. These include:
- The COVID-19 pandemic, which led to a two-year suspension.
- The rise of far-right populism in Europe, internationally, and even within EU institutions, directly affecting discourses and policies on migration.
- The Russian Federation’s invasion of Ukraine, triggering a massive wave of refugees across Europe.
- The disproportionate and legally questionable retaliation by the Israeli government against the Palestinian population, following a terrorist attack by armed Palestinian militias from Gaza.
- The return of Donald Trump to executive power in the United States, implementing an authoritarian extremist populism, this time backed by a techno-oligarchy with quasi-feudal characteristics.
- The emergence of generative artificial intelligence over the past two years, posing both threats and opportunities.
How could a project like MSCA-RISE (Horizon 2020) Global-ANSWER, which defines itself as a research and action initiative aligned with the ethical principles underlying all aspects of social work—whether in research, teaching, or professional practice—remain unaffected by such events? Are social justice and human rights not at stake, being debated, and even under threat?
I believe we need a deep and meaningful debate if we aim—whether in a unified or fragmented manner but with honest and mutually supportive processes—to present new "Social Work" projects under the new EU Research Framework Programme, HORIZON-EUROPE. However, this debate must not be excessively prolonged. Instead, we need an intense, focused discussion, concentrated within a month of open, free, creative, innovative, and profoundly critical exchanges.
As for myself, I will continue with this endeavour and will soon publish another blog post on this topic.
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Trabajo Social y Movilidad Humana: menos necesidades y más derechos
- Eva Mª Juan Toset
- Profesora asociada de Trabajo Social (UGR) - 12 Feb 2025
Como si de un eslogan publicitario se tratara, los derechos humanos se han convertido en una muletilla que parece querer trasladar una forma de hacer trabajo social innata a la profesión, tal cual ciencia infusa que no requiere de formación especializada y ajustada a una metodología adecuada. Con cierto pasmo acudimos a un escenario en el que hemos pasado de un enfoque de necesidades por doquier a un enfoque de derechos humanos desdibujado en demasiadas ocasiones en relatos, intervenciones y discursos en el que el abordaje de las necesidades propio de un contexto asistencialista se sigue colando cual eterna invitada en diagnósticos, análisis, reflexiones e intervenciones hechas desde el trabajo social.
Como ya sucediera con debates que resuenan añejos, la cuestión parece ser volver a caer en el enorme error de obviar aquellos elementos cruciales que hablan sobre nuestra formación y que desde hace décadas vienen siendo objeto de debates, investigaciones, estudios e informes que forman parte de una extensa literatura generada desde las principales instituciones académicas y profesionales del trabajo social en el ámbito internacional.
Así, y para evitar remitirnos demasiado atrás temporalmente en esta entrada, en el año 2021 se actualizaba el documento sobre Estándares Globales para la Educación y Capacitación en Trabajo Social, un trabajo conjunto realizado por la Federación Internacional de Trabajadores y Trabajadoras Sociales (FITS) y la Asociación Internacional de Escuelas de Trabajo Social (AIETS) en el que se intentaba abordar la compleja situación de la educación en Trabajo Social desde los diferentes actores que participan de ella. Un documento que reiteraba el compromiso con la excelencia en la educación en trabajo social y lo hacía poniendo en el centro de la reflexión los derechos humanos, la justicia social, económica y ambiental que sustentan la teoría, la política y la práctica del Trabajo Social (Ioakimidis y Sookraj, 2021). Un ejemplo más de los muchos realizados y que han implicado a las principales instituciones internacionales de trabajo social, en un intento por poner de relieve el papel esencial de los derechos humanos y la justicia social para el trabajo social como profesión y disciplina.
Sin embargo, y a pesar de poseer una definición global de Trabajo Social (2014) , y la publicación de la declaración de principios éticos de Trabajo Social Global (2019), este esfuerzo por identificar derechos humanos y trabajo social no ha tenido la suficiente trascendencia en la educación de los trabajadores y trabajadoras sociales (Martínez Herrero et al., 2024; Gatenio et al., 2022; Cubillos-Vega et al., 2017) y, por tanto, en la necesidad de dotar a la profesión de las herramientas, conocimientos, metodologías y reflexiones que hagan realidad lo que nos define como trabajadores y trabajadoras sociales: “Los principios de la justicia social, los derechos humanos, la responsabilidad colectiva y el respeto a la diversidad son fundamentales para el trabajo social” (FITS, 2014).
No sólo es esencial conocer y comprender los principales instrumentos de derechos humanos en materia de movilidad humana, sino que resulta prioritario entender los principios básicos del enfoque basado en los derechos y su puesta en práctica más allá del voluntarismo propio de la caridad y con un abordaje crítico, ético y político de la intervención profesional.
Más allá de enunciados o declaraciones de intenciones que parecen dar por hecho un conocimiento innato de derechos humanos a trabajadores y trabajadoras sociales, se torna esencial asumir desde instancias profesionales y académicas el compromiso ineludible que el trabajo social debe tener de manera irrenunciable con la enseñanza de los derechos humanos. Una formación inicial y continua que sustituya los enfoques de necesidades por los de derechos, justicia social, responsabilidad colectiva y respeto a la diversidad, y que lo haga siguiendo estándares de calidad en la educación superior y en la formación continua. Unos estándares que nos permitan poder intervenir, especialmente, en aquellos derechos que están siendo atacados desde discursos institucionales populistas, y que han puesto en el punto de mira en nuestro país, y en otros muchos países, a la movilidad humana y las complejas dimensiones que acompañan a los movimientos migratorios. Un perverso acuerdo tácito que vulnera los derechos de las personas que migran o de aquellas que solicitan protección internacional, personas con las que el trabajo social debe saber intervenir desde un enfoque de derechos en los países de tránsito y acogida.
Un trabajo social con enfoque de derechos que aborde la movilidad humana atendiendo a contextos macro y micro, intervenciones profesionales que nos permitan identificar vulneraciones e incluso de violaciones de derechos humanos en nuestros contextos con personas migrantes, en nuestros ámbitos de intervención, reflexiones críticas que no den por hecho que el trabajo social y el enfoque de derechos forman una asociación indisoluble per se, que no requerimos de formación específica, de herramientas actualizadas y de conocimientos que nos acerquen a prácticas antifascistas, anti racistas y anti opresivas que interpelan a la profesión, a la academia, a las personas con las que trabajamos y a quienes están decidiendo las normas de los nuevos escenarios emergentes .
Para adquirir un enfoque de derechos humanos en Trabajo Social no sólo es esencial conocer y comprender los principales instrumentos de derechos humanos en materia de movilidad humana, sino que resulta prioritario entender los principios básicos del enfoque basado en los derechos y su puesta en práctica (Gatenio et al., 2022) más allá del voluntarismo propio de la caridad y con un abordaje crítico, ético y político de la intervención profesional.
Referencias:
- Cubillos-Vega, C., Ferrán Aranaz, M., Mercado García, E., & Pastor Seller, E. (2017). Nociones y compromiso con los derechos humanos en estudiantes de Trabajo Social en España. Revista Mexicana de Investigación Educativa, 22(75), 1047–1075
- Gatenio Gabel, S., Mapp, S., Androff, D., & McPherson, J. (2022). Looking Back to Move Us Forward: Social Workers Deliver Justice as Human Rights Professionals. Advances in Social Work, 22(2), 416–435.https://doi.org/10.18060/24971
- Ioakimidis, V., & Sookraj, D. (2021). Global standards for social work education and training. International Social Work, 64(2), 161-174.
- https://doi.org/10.1177/0020872821989799
- Martínez-Herrero, M. I., Lorenzo Gilsanz, F. J., & Barciela Fernández, S. (2024). Tratando de cumplir la promesa de los derechos humanos: perspectivas de los profesionales y una herramienta de evaluación para llevar a cabo la educación y la práctica del trabajo social basada en los derechos humanos. Educación en Trabajo Social, 1–18. https://doi.org/10.1080/02615479.2024.2416571
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Social Work and Human Mobility: Fewer Needs, More Rights
- Eva Mª Juan Toset
- Associate Lecturer in Social Work (UGR) - 12 February 2025
As if it were an advertising slogan, human rights have become a catchphrase that seems to suggest an innate way of practising social work—almost as if it were an intuitive science that requires neither specialised training nor a properly structured methodology. With a degree of astonishment, we find ourselves in a landscape where the shift from a needs-based approach to a human rights-based approach has often resulted in a diluted and ambiguous discourse. Too frequently, narratives, interventions, and policies continue to incorporate an assistance-based perspective, with the notion of "needs" persistently creeping into diagnoses, analyses, and interventions—an ever-present guest in social work practice.
Much like past debates that now seem outdated, the issue once again appears to be the grave mistake of overlooking the fundamental elements of our professional education—elements that have been at the heart of discussions, research, studies, and reports for decades. These discussions form part of an extensive body of literature produced by leading academic and professional institutions in the field of international social work.
To avoid delving too far back in time, it is worth noting that in 2021, the document on Global Standards for Social Work Education and Training was updated. This was a joint effort by the International Federation of Social Workers (IFSW) and the International Association of Schools of Social Work (IASSW), seeking to address the complex landscape of social work education from the perspective of the different actors involved. This document reaffirms the commitment to excellence in social work education, placing human rights, as well as social, economic, and environmental justice, at the centre of the theoretical, policy, and practical framework of social work (Ioakimidis & Sookraj, 2021). It stands as one of many initiatives undertaken by major international social work institutions, all of which seek to highlight the fundamental role of human rights and social justice within social work as both a profession and an academic discipline.
However, despite the existence of a Global Definition of Social Work (2014) and the publication of the Global Social Work Statement of Ethical Principles (2019), the effort to establish a strong connection between human rights and social work has not yet had the desired impact on the education of social workers (Martínez Herrero et al., 2024; Gatenio et al., 2022; Cubillos-Vega et al., 2017). Consequently, the profession has not been sufficiently equipped with the tools, knowledge, methodologies, and critical reflections needed to fully realise its defining principles: "The principles of social justice, human rights, collective responsibility and respect for diversity are central to social work" (IFSW, 2014).
It is not only essential to be familiar with and understand the main human rights instruments concerning human mobility, but also a priority to grasp the fundamental principles of a rights-based approach and its implementation—moving beyond charity-based voluntarism to adopt a critical, ethical, and political perspective in professional practice.
Beyond declarations and mission statements that assume an innate knowledge of human rights among social workers, it is crucial that both professional and academic institutions explicitly commit to the teaching of human rights. Initial and continuous education must shift from needs-based approaches to those focused on rights, social justice, collective responsibility, and respect for diversity. This should be undertaken following high-quality standards in higher education and lifelong learning, enabling social workers to intervene effectively, particularly in the face of rights violations fuelled by institutional populist discourses. Such discourses have increasingly targeted human mobility and the complex dimensions surrounding migration, affecting migrants and their rights in both transit and host countries.
A rights-based approach to social work must address human mobility by considering both macro- and micro-level contexts. Professional interventions should allow for the identification of human rights violations within our own working environments and interactions with migrants. Critical reflections should not take for granted that social work and a rights-based approach are inherently linked. Instead, they must recognise the need for specific training, updated tools, and knowledge that foster anti-fascist, anti-racist, and anti-oppressive practices. These practices must challenge not only the profession and academia but also the people we work with and those shaping the policies of emerging social landscapes.
To develop a human rights-based approach in social work, it is not only crucial to understand and apply key human rights instruments related to human mobility, but also to ensure that practice moves beyond charity-driven voluntarism. It must be approached critically, ethically, and politically (Gatenio et al., 2022).
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Los (otros) Goya: de la mirada de 'Cafuné' a los refugiados climáticos de 'Mariposas Negras'
- Magda Trillo (UGR)
- La Colmena* - 12 de febrero 2025
Mariposas Negras, Semillas de Kivu, Mi hermano Alí y Cafuné. Ninguno de estos títulos ha logrado el tirón mediático de películas como El 47 y La infiltrada, nadie de su equipo ha atraído los focos como Richard Gere y Aitana Sánchez-Gijón y tampoco han desatado polémica alguna como ha ocurrido con los lamentables tuits racistas de la actriz trans Karla Sofía Gascón. Justo lo contrario. Representan de forma excepcional esa otra lectura crítica y audaz que todos los años discurre en paralelo al programa oficial de los Goya y al papelcouché de la alfombra roja.
Y no solo lo han hecho con nominaciones, tres de estos proyectos han conseguido llevarse una estatuilla (Mariposas Negras como mejor película de animación; Semillas de Kivu como mejor corto documental y Cafuné como mejor corto animado) y, sobre todo, acercarnos a la complejísima y poliédrica realidad que hoy significa la migración. Uniendo arte y compromiso con aventuras que van mucho más allá de la creación audiovisual. Con historias que ponen rostro a las frías cifras con que simplificamos el sufrimiento y las muertes de las travesías en el Mediterráneo, que nos ayudan a sentir en la piel la vergüenza y la humillación de todas esas mujeres y niñas que sufren la violación como arma de guerra y que nos abren los ojos ante la implacable vertiente de la movilidad humana que está desatando el cambio climático.
También el cine, desde la gran pantalla de la ficción al corto de animación, nos acerca a lo que hoy es la migración
Ya sabíamos que este año se hablaría (y mucho) de la crisis de la vivienda pero ha sido la sensibilidad y valentía de quienes hacen cine, de quienes están liderando la industria de los sueños en España, las que nos van a permitir ir más allá de las palabras para aterrizar, meternos en el tuétano y hacernos cómplices de sus historias; esas que son tan nuestras.
Esta columna no es una columna; es un deseo. Vayan al cine y disfruten con las grandes producciones que se han llevado premios en la espectacular edición que este año se ha rendido a Granada. Vayan al cine y vean cualquiera de las películas nominadas; es un listado que nunca falla. Vayan al cine, o véanlo en cualquier plataforma, pero decidan sobre su tiempo y pulsen el on. Y, ojalá, le den una oportunidad a estas (otras) joyas de los Goya. Qué gran fuerza la del cine, en todos sus formatos, para avanzar y ayudarnos a entender. De la mirada solitaria de Alma en Cafuné, basado en un cómic del motrileño Chechu Ramírez, a esos “refugiados climáticos” que cada vez son más y ni siquiera vemos.
- *Artículo publicado en los diez periódicos de Grupo Joly (Granada Hoy, Diario de Sevilla, Diario de Cádiz, Europa Sur, Diario de Jerez, Huelva Información, El Día de Córdoba, Málaga Hoy, Jaén Hoy y Diario de Almería)

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The (Other) Goya Awards: From the gaze of 'Cafuné' to the climate refugees of 'Black Butterflies'
- By Magda Trillo (UGR)
- La Colmena* - 12 February 2025
'Black Butterflies', 'Seeds of Kivu', 'My Brother Ali', and 'Cafuné'. None of these films have garnered the media attention of blockbusters like 'El 47' and 'The Infiltrator'. None of their teams have drawn the spotlight like Richard Gere and Aitana Sánchez-Gijón, nor have they sparked controversy like the unfortunate racist tweets directed at trans actress Karla Sofía Gascón. Quite the opposite. They represent an exceptional, critical, and bold alternative perspective that runs parallel to the official Goya Awards programme and the glossy pages of the red carpet spectacle.
And they have done so not only through nominations—three of these projects have secured a statuette (Black Butterflies for Best Animated Film; Seeds of Kivu for Best Documentary Short; and Cafuné for Best Animated Short)—but, more importantly, by shedding light on the complex and multifaceted reality of migration today. These works merge art and social commitment, taking us far beyond cinematic storytelling. They humanise the cold statistics that reduce Mediterranean crossings to mere numbers, allowing us to feel, in the depths of our being, the shame and humiliation suffered by countless women and girls who endure rape as a weapon of war. They open our eyes to the relentless force of climate-induced displacement, a growing crisis we often fail to acknowledge.
Cinema, from the grand screen of fiction to animated short films, also brings us closer to what migration means today
We already knew that the housing crisis would be a major talking point this year, but it is the sensitivity and courage of filmmakers—those leading Spain’s dream-making industry—that allow us to move beyond words. They immerse us, shake us to the core, and make us complicit in their stories—stories that, ultimately, are our own.
This is not just a column; it is a call to action. Go to the cinema and enjoy the major productions that have triumphed in this spectacular edition of the Goya Awards, hosted this year in Granada. Go to the cinema and watch any of the nominated films; they never disappoint. Go to the cinema—or stream them on any platform—but take charge of your time, press play, and watch. And, if possible, give these (other) Goya gems a chance. Such is the power of cinema, in all its forms, to move us forward and deepen our understanding—from the solitary gaze of Alma in Cafuné, based on a comic by Motril-born Chechu Ramírez, to the plight of the ever-growing number of ‘climate refugees’ who remain unseen.
*This article was published in the ten newspapers (both digital and print) of Grupo Joly (Granada Hoy, Diario de Sevilla, Diario de Cádiz, Europa Sur, Diario de Jerez, Huelva Información, El Día de Córdoba, Málaga Hoy, Jaén Hoy, and Diario de Almería).
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Espacios comunes y asambleas, defendiendo lo social
- Norma Montesino
- Universidad de Lund - 30 Ene 2025
Asistí en otoño a una asamblea convocada por la asociación Booq (bibliofficina occupata di quartiere), a un año de la inauguración de la biblioteca del barrio Kalsa, barrio ubicado en el centro histórico de la ciudad de Palermo. La asamblea convocaba a representantes de organizaciones de la sociedad civil, de las instituciones públicas y la universidad. Pienso y pensé ayer el lugar: un espacio común, y también en quienes estaban allí reunidos: las voces representadas que también incluían la presencia y las voces de la infancia. En como esto nos concierne en nuestra búsqueda de buenas prácticas de trabajo social.
Recordé que hace algunos años supervisé a una estudiante de trabajo social de la universidad de Lund en Suecia que quería escribir su tesis sobre trabajo social en una biblioteca de Estocolmo, allí era la biblioteca la que había empleado una trabajadora social para que atendiera a una categoría de visitantes a la que el personal de la biblioteca no podía ni sabía cómo atender, algunas personas estaban allí porque no tenían adónde ir para protegerse de la lluvia o el frío, otras iban a la biblioteca para tener acceso a internet para poder acceder a servicios de bienestar cada vez más restrictivos y digitalizados (Jörgensen 2022). Las bibliotecas municipales, un servicio universal en Suecia, uno de los pocos espacios públicos que aún sigue siendo para todes, intenta hoy responder también a necesidades sociales.
Podemos sacar conclusiones generales sobre lo que esto en realidad significa en términos de ausencias (de las instituciones de bienestar) y en términos de abandono social. Aquí me limito a pensar la importancia de la biblioteca como espacio común, la biblioteca que en Suecia representa una institución con una larga historia, un espacio con el que podemos contar, que hoy, como me lo enseño mi estudiante es también un espacio donde podemos observar el aumento de las desigualdades, expresiones concretas del sufrimiento social y las violencias a la que están expuestos quienes son abandonados por la que una vez fue o aspiraba a ser sociedad europea del bienestar universal.
Ahora quiero quedarme en Palermo, en la biblioteca del barrio Kalsa, una biblioteca social que, a diferencia de nuestras bibliotecas en Suecia, es el resultado de una ocupación que nace de una visión social hoy cuando lo social se reduce y/o elimina de la agenda de quienes toman decisiones usando el nombre del bienestar ciudadano. Vuelvo a ese patio antiguo pensando que hace mucho tiempo que escuché esa palabra: asamblea, mientras escucho diferentes ponentes mientras un eco de risas y juegos de niñas y niños enriquecen el escenario de esa asamblea. La emoción de pensar lo social en medio de lo social, emoción al constatar la defensa colectiva de lo social en la que todes los trabajadores sociales debemos involucrarnos, defensa de los espacios que hacen posible estos encuentros. Una asamblea donde todos juntos reclaman el derecho a los espacios públicos y que finaliza con las voces de niñas y niños, actores fundamentales en este lugar donde sin su presencia la biblioteca social perdería la alegría y la vitalidad que conlleva la vida en comunidad.
Referencias
Jörgensen, Moa (2022) Folkbiblioteket - ett rum för socialt arbete? En kvalitativ studie om platsens betydelse för socialt arbete. Socialhögskolan i Lund.
++Read in English++
Common Spaces and Assemblies: Defending the Social
Norma Montesino
Lund University – 30 January 2205
Last autumn, I attended an assembly convened by the Booq association (bibliofficina occupata di quartiere), marking one year since the inauguration of the neighbourhood library in Kalsa, a district located in the historic centre of Palermo. The assembly brought together representatives from civil society organisations, public institutions, and the university. As I reflected on the setting—a common space—and on those gathered there, I considered the voices represented, which also included the presence and perspectives of children. I thought about how this relates to our search for good practices in social work.
I recalled supervising a social work student from Lund University in Sweden a few years ago. She wanted to write her thesis on social work in a Stockholm library. In that case, the library itself had employed a social worker to assist a category of visitors whom the library staff neither knew how to support nor were equipped to handle. Some individuals came because they had nowhere else to go to escape the rain or cold, while others visited the library to access the internet—often their only means of navigating an increasingly restrictive and digitalised welfare system (Jörgensen 2022). Municipal libraries, a universal service in Sweden and one of the few remaining public spaces open to all, are now also attempting to respond to social needs.
We can draw broader conclusions about what this situation reveals—both in terms of institutional absences (the retreat of the welfare state) and social abandonment. However, I will limit myself here to considering the importance of the library as a common space. In Sweden, libraries are institutions with a long history, spaces we can rely on. Yet today, as my student taught me, they are also places where we can observe widening inequalities, concrete expressions of social suffering, and the violence experienced by those left behind by what was once—or aspired to be—a universal European welfare society.
Now, I turn back to Palermo, to the Kalsa neighbourhood library—a social library which, unlike our libraries in Sweden, emerged from an occupation driven by a social vision. This vision arises at a time when social concerns are being reduced or eliminated from the agendas of decision-makers who claim to act in the name of citizens’ well-being. I return to that old courtyard, reflecting on how long it has been since I last heard the word assembly, as I listen to different speakers while the laughter and play of children echo in the background, enriching the scene.
There is an emotional charge in thinking about the social within a social setting; in witnessing the collective defence of the social—a cause in which all social workers must engage. It is a defence of the spaces that enable these encounters. An assembly where people come together to claim their right to public spaces, and which concludes with the voices of children—key actors in this place. Without their presence, the social library would lose the joy and vitality that community life brings.
References
Jörgensen, Moa (2022) Folkbiblioteket - ett rum för socialt arbete? En kvalitativ studie om platsens betydelse för socialt arbete. Socialhögskolan i Lund.
Spazio – Booq Palermo
(Re) lanzando el Blog de la red europea Global-ANSWER
- Enrique Raya-Lozano
- Universidad de Granada - 27 enero 2025
Hace dos años lanzamos la idea de organizar un blog de discusión en la red europea Global-ANSWER, como acompañamiento del proyecto de investigación MSC-RISE “Global ANSWER” y, a su vez, como instrumento de difusión, abierto a amplios públicos de internet. No hemos logrado avanzar en esta idea. Recientemente se ha decidido, en el III Encuentro Anual del proyecto, celebrado con gran éxito en Granada, relanzar el blog.
En el encuentro todos hemos podido comprobar el enorme esfuerzo realizado por el colectivo europeo de personas implicadas y las importantes adquisiciones de este proyecto. También hemos tomado conciencia de la fase decisiva en la que ahora se entra: análisis-síntesis de resultados y la consiguiente tarea, imprescindible, de una adecuada difusión de sus logros y adquisiciones. Sirva esta entrada para animar a todas las personas y entidades de la red Global-ANSWER a escribir de manera continuada en el blog.
Empecemos por darnos algunos criterios formales y sugerencias de contenido, que nos orienten y estimulen, pero de manera flexible, sin condicionar en exceso la libre expresión. Aquí se exponen algunos:
Cuestiones formales.
- Entradas (“posts”) ni excesivamente largas ni cortas: un texto entre 400 palabras y 800 palabras
- Escrito en la lengua que su autor o autora encuentre personalmente más cómoda
- Se recomienda redactar con frases cortas y con una redacción no excesivamente “sofisticada”: su público lector potencial no se reduce a las personas de esta red europea. Además, así ayuda a traducir mejor.
- Se cuenta con la posibilidad de adjuntar links y archivos de texto o multimedia a cada entrada del blog, dirigidos a públicos especializados en Trabajo Social y saberes afines.
- Se recomienda en cada entrada platear alguna pregunta abierta o propuesta de debate, que estimule la discusión del público lector (“comentarios al post”)
Cuestiones de contenido
En la extensa presentación del Blog de octubre de 2022 se expusieron las distintas dimensiones y elementos de la amplia problemática en la que se desarrolla el Proyecto Global-ANSWER. En estos dos años, muchas de esas cuestiones sociales y políticas relacionadas con la movilidad humana y el trabajo social, se han ido desarrollando. También han irrumpido hechos fuera de Europa y en Europa que complican el presente: el gravísimo atentado terrorista en Israel de octubre de 2023, castigo militar desproporcionado y continuada en Gaza desde entonces, al margen del Derecho Internacional, merecedor de ser calificado de genocidio, que agrava intensamente la problemática internacional de las personas refugiadas; llegada de la ultraderecha al Palacio Chigi, y, recientemente, a la Casa Blanca…
No, no nos faltan, precisamente, asuntos importantes a reflexionar y debatir, internos al proyecto y de sus contextos globales y locales. Tenemos tarea en trabajo social y en las ciencias sociales aplicadas que se preocupan, investigan y actúan en el ancho campo de la movilidad humana, a la búsqueda de “buenas prácticas” que permitan construir en la realidad cotidiana un mundo algo mejor.
Sirvan estos pocos párrafos para (re)lanzar este blog. Es una invitación directa a participar escribiendo.
++Read in English++
(Re)launching the Blog of the European Network Global-ANSWER
Enrique Raya-Lozano
University of Granada - 27 January 2025
Two years ago, we proposed the idea of organising a discussion blog within the European network Global-ANSWER. This blog was intended as a complement to the MSC-RISE research project “Global ANSWER” and as a tool for dissemination, accessible to a broad online audience. Unfortunately, we were unable to advance this idea. Recently, during the III Annual Meeting of the project—successfully held in Granada—it was decided to relaunch the blog.
During the meeting, we all witnessed the tremendous effort made by the European collective involved in the project and the significant achievements it has generated. We have also become aware that the project has entered a decisive phase: the analysis and synthesis of results, along with the critical task of effectively disseminating its findings and achievements. This entry is a call to action, encouraging everyone involved in the Global-ANSWER network to contribute to the blog on a regular basis.
We propose to start by establishing a few formal guidelines and content suggestions to guide and inspire contributors. These should, however, remain flexible and avoid overly restricting free expression. Below are some recommendations:
Formal Guidelines
- Length: Blog posts should be neither excessively long nor too brief, ideally between 400 and 800 words.
- Language: Authors are encouraged to write in the language they feel most comfortable with.
- Clarity: Posts should aim for concise sentences and avoid overly sophisticated writing. The potential readership extends beyond members of this European network, and clear language also facilitates translation.
- Attachments: Contributors can include links and attach text or multimedia files directed at specialised audiences in social work and related fields.
- Engagement: Each blog post should ideally include an open-ended question or a proposal for debate to encourage discussion in the comments section.
Content Suggestions
In the extensive introduction to the blog in October 2022, we outlined various dimensions and elements of the broader issues addressed by the Global-ANSWER project. Over the past two years, many of these social and political concerns related to human mobility and social work have evolved. Additionally, recent developments, both within and beyond Europe, have further complicated the present context:
- The grave terrorist attack in Israel in October 2023, followed by disproportionate and ongoing military retaliation in Gaza—conducted outside the framework of international law and deserving the term genocide—has significantly intensified the international refugee crisis.
- The rise of far-right governments, such as in Italy’s Palazzo Chigi and, more recently, in the White House, has added further challenges.
Clearly, we are not short of critical issues to reflect upon and debate—both those internal to the project and those shaped by global and local contexts. Our work in social work and the applied social sciences must continue to engage with the complexities of human mobility and strive to identify "best practices" for building a slightly better world in everyday life.
Let these few paragraphs serve to (re)launch this blog. This is a direct invitation to all to participate by writing.
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Blog de la Red Global-ANSWER 'Trabajo Social y Movilidad Humana': un proyecto europeo de investigación en trabajo social en contexto de policrisis
- Por Enrique Raya-Lozano
- Universidad de Granada - 6 de octubre de 2022
Presentamos aquí el Blog de la Red Global-ANSWER “Trabajo Social y Movilidad y Humana” que nace en el marco del proyecto “Global social work and human mobility: comparative studies on local government and good social work practices in the euro-mediterranean región”, enmarcado en el programa Marie Sklodowska-Curie Actions - RISE de H2020 financiado por la Comisión Europea.
Este proyecto europeo se enfoca al desarrollo de un trabajo social y una política de acción social territorial que frenen el deterioro de la convivencia, de las instituciones democráticas, del medio ambiente, y esto, atendiendo a uno de los nudos gordianos de la construcción europea: las migraciones de países extra-comunitarios, entendidas en su sentido amplio (movilidad humana). Pretendemos, a través de la investigación, la formación, la transferencia de conocimientos y el desarrollo de actitudes, impulsar “buenas prácticas” en el trabajo social y en la política local y de red que puedan ayudar a reconstruir sociedades integradoras y plurales, en un mundo en movimiento acelerado cuyo rumbo hace tiempo que dejó de entreverse.
Al equipo internacional de esta propuesta (Italia, Suecia y España) nos une la común comprensión de las potencialidades del trabajo social, como saber académico y como práctica profesional, suficientemente definidos ya a escala internacional: aun con las limitaciones teóricas y profesionales propias de su naturaleza, nos consta que el trabajo social colabora positivamente en la comprensión del complejo mundo social actual y, a la vez, coadyuva a cambiarlo, a mejorarlo, desde la práctica profesional (¡recordemos que es una profesión de más de un siglo de reconocimiento internacional!), y desde la formación inicial y continua, pero también desde la investigación, que sitúa en el centro de su práctica y de su saber a la persona humana, su dignidad, la garantía de sus inalienables derechos en libertad, exigentes de una justicia social global y de un consecuente trato en igualdad.
El territorio, lo local, organizado y gestionado por las administraciones públicas y participado por las iniciativas sociales, junto a la acción ciudadana informal, comunitaria, creemos que es el espacio en el que se ha de realizar de manera empíricamente evidente la justicia social, la libertad y la igualdad. Este trabajo social territorializado que defendemos es consciente del espacio en el que se desarrollan las personas, cuáles son las condiciones de posibilidad de un tal desarrollo “social” (es decir, socio-económico, político y cultural), que construye y provee los marcos imprescindibles para todo desarrollo individual, personal. Pero también es consciente que las dinámicas locales, en un mundo cada vez más interconectado y mundializado por el sistema económico, las tecnologías de la información y la comunicación y el desarrollo del transporte, depositan el origen de buena parte de sus lógicas locales en los espacios y flujos globales, requiriendo respuestas igualmente globales, concertadas, internacionales.
También tenemos la convicción que todo desarrollo social, en contextos democráticos (contextos constitutivos del propio concepto de “desarrollo”, desde nuestra perspectiva ético-política), no es cuestión solo o principalmente “de ingeniería social”, de “gestión” (sea esta pública o no): la ciudad, la Polis, la comunidad constituida por una ciudadanía libre e igualitaria radica en la vida social de quienes la componen, en sus prácticas, discursos, proyectos: ciudadanos y ciudadanas que participan, que dialogan, que luchan, que negocian, que se movilizan, que exigen, que supervisan, que evalúan, que identifican y defienden “lo común” y… que proponen, organizan y gestionan, unas veces directamente, otras, a través de sus representantes libremente elegidos con el mandato de formar la voluntad colectiva, todo esto en el marco de una normas plasmadas en la legislación democrática.
Pero es ya una evidencia, para toda persona aún no contaminada por el virus de la desinformación o la bacteria de la postverdad, que en las últimos lustros hemos entrado, en España, en Italia, en Suecia…en todo la Europa Comunitaria, en el resto de Europa y a escala global, en una larga etapa de turbulencias de todo tipo (económicas, políticas, culturales, medioambientales, militares…) que a todo el mundo nos afectan, más o menos directamente, en nuestra vida.
Ciertamente el conjunto del sistema-mundo anda sumergido en una crisis permanente, una concatenación de convulsiones económicas y políticas de distinta causalidad, que no nos dejan apenas respiro. Por supuesto que esta crisis que no cesa no proviene solo de la Gran Recesión (2008-2012), y menos, de la actual pandemia de COVID-19, que se acerca a su fase final según la OMS, después de casi cuatro años de su declaración: viene de mucho más atrás (principios de los 70 del siglo pasado).
La salida “por la derecha” de aquella gran crisis del capitalismo internacional, consiguió que se implantara en los gobiernos de los Estados “centrales” (los de mayor peso económico-político y militar) el llamado “neo-liberalismo”, ideología económico-política que supuso un ataque internacionalmente concertado a la redistribución de la riqueza, por la vía del Estado de bienestar y sus políticas sociales activas. Tal ideología, fundamentada en teorías económicas y políticas, tuvo un efecto adormecedor, anestesiante, para la mayoría del cuerpo social, en el que irrumpían nuevas “patologías sociales” coexistentes con los viejos problemas, a partir de entonces, agravándose: si a las clases y fracciones de clase les iba (cada vez) mejor, con la libertad global de movimientos de la riqueza inversora, sin ataduras para moverse globalmente, a todo el resto del mundo le iría mejor. Pero si las poblaciones se veían impulsadas a desplazarse (migraciones), forzadas por la pérdida de oportunidades en sus territorios, a la búsqueda de nuevas oportunidades, se vociferaba el peligro que suponía pasar la frontera de territorios en los que, a duras penas, se mantenían los servicios de bienestar existentes en minoración: era urgente construir barreras protectoras para “la avalancha” de competidores y competidoras (aunque, en la práctica, se necesitara su presencia como mano de obra para determinados nidos laborales, en los que escaseaban trabajadores o trabajadoras disponibles)
En el contexto de este campo contradictorio de fuerzas se opera hoy en trabajo social y en acción social local, pública o del “tercer sector”, cuando la policrisis se ha cronificado, profundizado. Queda ahora a la intemperie un sistema de organización económico-social cuya sentido depredador ha logrado desequilibrar nuestro gran y común ecosistema vital, el planeta Tierra, con todo tipo de catástrofes naturales en aumento, directamente causadas por calentamiento global que amenaza nuestras organizaciones sociales, y que obliga a resetear la gobernanza de nuestras sociedades, y por ende, las profesiones, ocupaciones y tareas que se encargan de atender “lo social” de los sectores más vulnerables, receptores de los peores impactos.
Dos hitos están condicionando/reconfigurando y complicando, por momentos, este proyecto de investigación-acción europeo, inicialmente diseñado para la movilidad internacional de investigadores/as y profesionales en ejercicio: la pandemia COVID-19, que nos obligó a suspender las acciones en sus inicios (marzo, 2020); y, recientemente, justo cuando, por fin, nos hemos puesto de nuevo en marcha (enero 2022), la irrupción de una guerra en el corazón de Europa, la de Ucrania, tras la invasión militar ilegal e ilegítima por la Federación Rusa, que ha provocado ya más de 7 millones de personas refugiadas, distribuidas por los países que formamos la Unión Europea, a la par de una crisis energética sobrevenida, de incierto futuro.
Nos referimos, en este proyecto de investigación-acción europeo, de carácter colaborativo y participativo, de manera especial, al trabajo social que interviene profesionalmente con las distintas figuras que forman la movilidad humana global: inmigración económica, regular e irregular, infancia y adolescencia que migran sin referentes adultos, mujeres víctimas de la trata, personas refugiadas y solicitantes de protección internacional, familias transnacionalizadas de clases populares, etc., etc. Y a la gobernanza local y de iniciativa social que organiza y gestiona los servicios y programas que emplean a esta profesión y otras afines. Lo hacemos, tomando como marcos de referencia jurídico-política dos países mediterráneos, Italia y España, y un país nórdico, Suecia. Hemos planificado la acción investigadora de manera propia de un RISE, el subprograma financiador de la Comisión Europea (Research and Innovation Staff Exchange-RISE), del Programa Marco I+D Horizon 2020 (Marie Skłodowska-Curie Actions); es decir, mediante la movilidad permanente entre países en el seno de una red de entidades beneficiarias, pero de manera cruzada: investigadores/as y gestores/es de instituciones universitarias realizan “comisiones de servicio” (“secondments”) de investigación e innovación en entidades “de la práctica” de otro país; investigadores/as y gestores/as de una entidad de la práctica (empresa, entidad, administración pública) desarrolla similar estancia en una universidad de otro país del consorcio-red.
Y lo hemos hecho con los estilos propios de la investigación en trabajo social: potenciando la colaboración, impulsando la participación de las personas y grupos a las que los/as profesionales prestan servicios, compartiendo poderes en el proceso investigador, deliberando ampliamente antes de la toma de decisiones en equipo, haciendo confluir saberes científicos multidisciplinares, saberes de la práctica y saberes de las personas usuarias, procurando la transferencia directa de los aprendizajes y resultados a la mejora de las prácticas profesionales, institucionales, organizacionales, político-sociales, todo ello bajo la vigilancia compartida de que el proceso investigador está clara y constantemente iluminado y orientado por los valores e ideales éticos identitarios del trabajo social: la defensa de los derechos humanos y la justicia social.
De todas estas dimensiones, de todas estas problemáticas, conocimientos, políticas, contextos, agentes, procesos, procedimientos, métodos y técnicas, retos y desafíos, quiere tratar, compartir y proponer el presente blog. Nos daremos, cooperativamente, normas básicas para que la conversación bloguera que abrimos en la Red Global –ANSWER pronto se convierta en un estímulo colaborativamente alimentado.
La Red Global-ANSWER pretende, con la presente herramienta de internet, dirigirse al amplio universo de las personas interesadas en el trabajo social, en la movilidad humana, en el papel de las administraciones locales y las asociaciones y entidades, para ir construyendo una Europa en paz, inclusiva, plural, solidaria y justa, una Europa abierta de la ciudadanía, en la que prime la libertad, la igualdad, la solidaridad, los derechos humanos y la justicia social.
